domingo, 16 de marzo de 2014

Concierto Lucecita

La música es la más grande expresión sobre la tierra. La bendición de que la vida me regalara ser instrumento de ella, se manifiesta muchas veces de una manera no anticipada. Esa manifestación de bendición la recibí anoche al ser parte de la orquesta en el concierto de Lucecita "Voz y Luz".

En estos tiempos donde todo es minimal y sobre todo reducido por falta de presupuesto, se dió la oportunidad de presentar un show con una banda grande en una sala llena gozando de un manjar musical.

Desde que se contó el primer compás hasta el último de la noche, todo el mundo se conectó por par de horas a celebrar lo que solo la música puede lograr; tocar la fibra de las emociones, viajar en el tiempo y ser testigo de la conexión escenario-audiencia.

Pese a que los medios de información tienden a enfatizar los tropiezos de las figuras públicas, el que conoce, sabe que Lucecita es una de las escogidas tanto en lo vocal como en la interpretación. Anoche fui testigo no solo de su impresionante calidad vocal, si no también de su enorme corazón para dejar cada gota de energía sobre el escenario.

Más que honrado me sentí de ser parte de una orquesta de músicos boricuas que son del más alto "pedigree", tocando arreglos del gran Pedro Rivera Toledo. Fue como estar en la idea de lo que creemos es el paraíso...

Mi reflexión es simple, estoy y estaré siempre sumamente orgulloso de la calidad de músicos de este país. Independientemente del género que representen, el standard de ejecución es del más alto nivel. Creo que nos hace falta reconocerlo mejor desde el nivel individual hasta el global para que conciertos como este sean la norma y no la excepción...

Al corillo de la orquesta, sección de ritmo y vientos; Bravo!! Mi respeto y admiración!